Se llama Soledad Pomares y es Maestra

Soledad Pomares

Se llama Soledad Pomares, y es maestra de una escuela, que ahora ha llegado en los medios de comunicación por practicarse allí el deporte que más aficionados tiene en este país: la envidia e inquina. 

A Soledad la conocí hace muchos años, recién estrenando este oficio de contar cosas, tras haberse licenciado en periodismo. Ella me recuerda que es periodista solo de titulo, porque su vocación verdadera es la de ser maestra. Cosa que finalmente consiguió, y no es una maestra cualquiera: es la única, además en su centro, que está y puede dar clases, entre otras, de educación física.


Soledad nunca quiso estarse quieta. Como otros tantos maestros de este país llegó a la facultad de educación llamada por las ganas de enseñar. Soledad es de las maestras que, como mi amigo Antonio, estudio para curar. Les diferencia es solo que a él le costó más años sacar la carrera, ya que es médico. Cosa que, por cierto, nunca he entendido. A los maestros les tendría que ser igual de duro obtener su licenciatura, a fin de cuentas ambos están para indicarnos el mejor camino. Mi amigo Antonio se salió del sistema sanitario público porque él lo que siempre quiso fue curar, nunca recetar.

Sole, es pues, de las maestras inconformistas e insumías. Ella cura, no receta: el sistema está errado-y lo está- hay que, al menos, intentar cambiarlo desde dentro. Y eso es lo que lleva haciendo durante meses en su centro. Su metodología (se dice así) está basada en “las inteligencias múltiples”. Una suerte para sus alumnos. La teoría de las inteligencias múltiples es un modelo propuesto en 1983 por Howard Gardner , psicólogo, investigador , profesor de la Universidad de Harvard y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011. Howard descubre que la inteligencia no es algo unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas y semi-independientes. Define la inteligencia como la «capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas». Esto es: puedes ser un negado en matemáticas, pero un fenómeno en plástica. El sistema actual tiende a desechar a los que no son “aptos” en materias como lenguaje o matemáticas, creando frustraciones en la mayoría de niños y niñas que sin duda alguna son genios en otras materias. Ejemplos de genios a los que se les daba fatal estas disciplinas de letras y números tenemos a miles en nuestra sociedad. Y ahí están: triunfando en los negocios, cine, tv, ciencia etc…

Soledad me demostró en su clase y con sus alumnos que la enseñanza de Hodward Gardner funciona. Nunca antes había visto a unos niños de esa edad haciendo preguntas tan afiladas y con tanto tino. Averiguando si mi inteligencia era espacial, musical o de lógica-matemática, entre otras.

Era una clase abierta, con asambleas en la que los niños eran respetados como personas. Eran felices y, por lo tanto, responsables. Vi como las semillas crecían. No había adoctrinamiento, pero si disciplina. La lógica para mantener el orden y respeto, porque a esa edad se tiene que ir creando en sus cabezas el sentido de la responsabilidad. Cuando les miraba, allí, mientras me preguntaban, imaginaba a los creadores de Google haciendo lo mismo a su edad tras haber aprendido todo lo creado por María Montesori, o a los fundadores de Triodos Bank, que en su niñez recibieron la educación “Wardolf”. Pensaba de la suerte de todos, de que lo estaban aprendiendo estando en un colegio público, y no tener que pagarse una educación especial y avanzada. Qué mentes más potentes se estaban formando allí. 

Soledad les enseñaba, además, el saludo al Sol, aprovechando sus salidas al patio en la hora de educación física. ¿El saludo al Sol? Sí, es curioso pero eso ya lo hacíamos en gimnasia hace unos 38 años, aunque dudo que tanto el profe como nosotros entendiéramos que eso de estar boca abajo, apoyados con los brazos en modo de flexión, pero solo levantando el torso, era un saludo al astro padre. 

Pero Soledad no estaba sola en la tarea de impartir las “inteligencias múltiples”, en esa tarea hay también otra maestra. Pero es a Soledad a la que han vituperado.  

Hoy me alegra saber que la viceconsejera de educación del Gobierno de Canarias, respalda a Sole. A Soledad no sólo la respalda el gobierno, también un nutrido grupo de padres y alumnos que se muerden las uñas esperando a que llegue el día en el que vuelvan al patio a saludar al Sol. 

Del resto no les hablo, ellos tienen a su dios. 

Mientras espero que Soledad y su abogado me concedan otra entrevista os dejo el programa que lleva el nombre de Enseñar Distinto, en el que habla Soledad Pomares, de la que tan escaso estamos.

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